Suena como un cuento de hadas: A los 17 años, Avril Lavigne se volvió amiga del vocalista de Sum 41, Deryck Whibley, y dos años más tarde, las estrellas del rock ya eran una pareja unida en matrimonio. Pero por desgracia, la vida en común no ha funcionado. Los dos músicos se divorciaron en noviembre del 2010, después de casi cinco años de matrimonio. Avril se sumergió en su obra y ahora se presenta con “Goodbye Lullaby”, su cuarto álbum.
- Avril, haz cambiado mucho! No sólo visualmente sino también musicalmente. ¿Por qué este cambio?
Me gustó el circo del pop, pero ahora es el momento de mostrar el otro lado de mí. “Goodbye Lullaby” es un álbum muy serio. Se trata de canciones propias, de música real.
- ¿Cuál fue tu mayor reto en este álbum?
Tenía que encontrar un camino dentro de mi alma y acercarme a mi propia fragilidad. Espero inspirar a la gente con mis nuevas canciones. Cada uno de nosotros debe seguir el curso de su vida a través de momentos difíciles y no desfallecer, esto hace parte del proceso de crecimiento.
- ¿Cuál es la que mejor te parece, la rockera temeraria o la de alma sensible?
Creo que ambas cosas. Tengo una personalidad fuerte. Soy espontánea y feliz a menudo para dejar que las cosas sigan su curso. Pero también tengo un lado serio en mí que me hizo hundirme una y otra vez en mi mente.
-“Darlin” es una canción del álbum, que haz escrito hace más de diez años. ¿Cómo sucedió esto?
Es una de las primeras canciones que he escrito. Cada vez que lo oigo, recuerdo de nuevo una infancia feliz, una vida junto a mis padres en los momentos en que aún no tenía un contrato discográfico.
- Tu ex marido, Deryck participó en la producción de “Darlin”. ¿No es eso un poco extraño?
Nos divorciamos, pero seguimos siendo los mejores amigos. Así que creo que no es raro que Deryck estuviera involucrado en el trabajo del álbum. Por la noche, me encontré con Deryck por primera vez cuando tenia 17 años, él realizaba en ese momento un show con su banda en Vancouver. Luego colgó en torno a todos, a las siete de la madrugada. Por último, terminamos con el hecho de que hemos tocado esta canción y ahora, años más tarde, él la tomó para mí. Esta es una historia totalmente buena!
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