La rebeldía pop de Avril Lavigne cautivó a la Explanada

La llamada chica mala del pop pasó por Lima y entregó una selección de eufóricas odas al desamor, los sueños y frustraciones propias de la adolescencia. Si bien Avril Lavigne ya es una mujer divorciada y alejada de la desprolijidad e inocencia de sus inicios, sigue aparentando rebeldía y mala educación, escoltada siempre por un sospechoso carisma que atrajo anoche a unas seis mil almas juveniles a la Explanada del Estadio Monumental de Ate.

Sin importar el intenso frío y uniformado con camisetas ceñidas, pantalones pitillo y algo de maquillaje oscuro, el ejército de fans de Avril Lavigne esperó impaciente el inicio del show pactado para las 9 de la noche. Fue tanta la devoción por ver a la canadiense que -según nos contaron- un nutrido grupo de incondicionales se había amanecido desde el martes para lograr las mejores ubicaciones.

Cuando por fin se apagaron las luces, la histeria colectiva cubrió el recinto y dio paso a los aplausos y gritos ni bien la menuda cantante salió a escena con un atuendo oscuro que resaltaba su impecable cabellera rubia. Los primeros acordes de "Black Star", nombre de la gira que la ha traído por Sudamérica, fueron el inicio de la noche. Antes de ello, un video del cover de "Bad Reputation", ese clásico de Joan Jett de 1981, se proyectó en las pantallas gigantes a manera de apertura a una supuesta noche de rock and roll.

Las primeras canciones del set fueron extremadamente ruidosas. "What The Hell", "Sk8er Boi" y "He Wasn’t" sonaron saturadas y apabullantes. Aunque al inicio la voz de Avril no fue la mejor, poco a poco se fue asentando, al igual que la performance de sus músicos, quienes recién alcanzaron el equilibrio en las siguientes ejecuciones.

La exesposa de Deryck Whibley, vocalista de Sum 41, logró su mayor desempeño cuando interpretó un set de canciones lentas, algunas al piano y otras con guitarras acústicas que dejaron ver su evolución musical y sensibilidad artística. Así, se escucharon "Alice", con su soberbia construcción sinfónica; "When You’re Gone", con ese desgarro adolescente, y "Stop Standing There", que fueron las mejores partes del show.

"Nobody’s Home" fue un pedido de los fans que la artista atendió con gusto e hizo que sus músicos alteraran su lista de canciones. El público agradeció el gesto con sonoros aplausos, convirtiendo el momento en uno de los pasajes resaltantes de la velada.

Para el final, "Girlfriend" puso a saltar a los chicos y luego una seguidilla de hits entre los que figuraron "Happy Ending" y "I’m With You" dejó contenta a la Explanada. Solo faltaba "Complicated", tema que la cantante de 27 años retomó en escena antes de despedirse de su fanaticada limeña.

El show de Avril Lavigne se mantuvo dentro de lo esperado. Si bien la exniña rebelde sigue lanzando malas palabras en escena, hace guiños a sus músicos y muestra algún tipo de actitud punk, lo cierto es que su show es un efectivo acto pop que mantiene cautivos a sus fieles dándole vueltas a las mismas melodías.

Sin embargo, se nota cierta madurez en la composición y un mejor desempeño escénico de la canadiense. Finalmente, lo bueno de estos shows es que los chicos le agarran el gusto a los conciertos en vivo. Ya tendrán tiempo de escuchar cosas más interesantes, de eso estamos seguros.

Créditos: Arturo Puescas - Terra Perú

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